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Un rayo de esperanza

"Su mente, a pesar de todo lo que la estaba atormentando, se mantenía tranquila. Su respiración era lenta y relajada, y su cuerpo permanecía sereno. No podía permitirse dejarse llevar por los nervios, y mucho menos ahora que miles de vidas dependían de él."

 

¡Buenos días, querido lector, y bienvenido de nuevo a La Casa de Espelta!


Mi nombre es Nevado, y en el día de hoy os traigo un One-Shot basado en el videojuego Stellaris.


¡Espero que os guste!


 

-Al habla el comandante Atrius, líder de la flota naval F137Y. ¿A qué se debe esta llamada?-


El espacio exterior permanecía silencioso, impasible ante el conflicto que atemorizaba a las especies inteligentes que habitaban en él. Sus estrellas iluminaban el horizonte y los astros observaban, callados, el espectáculo.


-Mi nombre es Rimus, primer portavoz de la Tecnocracia Valdari. Mis superiores me han ordenado contactar contigo para comunicarte de que están muy orgullosos de tenerte en sus filas, comandante.-


Un grupo de naves espaciales surcaba la oscuridad de la galaxia, moviéndose al unísono con una coordinación admirable.


-Debo mucho a mis compatriotas, esto es lo mínimo que puedo hacer por ellos.-


En el interior de la nave insignia, vestido con un uniforme azul y negro, viajaba Atrius, un bípedo humanoide cuyo aspecto se asemejaba a lo que los terrícolas conocemos como zorro. Sobre su pecho resplandecía un copo de nieve dorado, señal de la gran responsabilidad que cargaba sobre sus hombros.


-Has sido muy valiente al presentarte voluntario para esta misión. Ninguno de tus compañeros se lo habría siquiera planteado.-


-Los entiendo perfectamente, a nadie le gustaría ser el cabecilla de una misión casi suicida.-


-Por eso valoramos mucho tu lealtad, Atrius. Lealtad que te será recompensada cuando todo esto termine, por supuesto.-


Los dos alienígenas conversaban respetuosamente en la sala de reuniones de la nave, conectados a través de un complejo sistema de hologramas. Atrius veía a su semejante como si estuviera justo enfrente de sus narices, aún fascinado por todos los avances tecnológicos que su especie había alcanzado después de todos aquellos siglos. Si fallaba en su misión, todos aquellos logros se irían a la tumba con él.


-Lo único que quiero es volver a ver a mi familia. Por ellos combatiría sin descanso contra oleadas enteras de Dommanas.-


Ambos alienígenas guardaron silencio por unos segundos, examinándose mutuamente con la mirada mientras pensaban en la batalla que se avecinaba. El Dominio Dommana, uno de los varios imperios galácticos inteligentes con los que habían contactado durante su expansión por el universo, amenazaba ahora con destruirlos sin piedad. Cientos de inocentes habían caído presa de aquella especie devoradora, y eran muchos más los que aún luchaban por sus vidas en el campo de batalla.


-Tu familia, como las de otros muchos soldados, ha sido transferida a la fortaleza principal de Virtud, nuestra capital. Allí, nuestros mejores operativos velarán por su seguridad mientras dure esta guerra sin sentido.-


Atrius dejó escapar una pequeña sonrisa ante aquella noticia, aliviado.


-Por favor, diles que volveré con ellos tan pronto como me sea posible. Diles que los amo.-


-No te preocupes, me encargaré personalmente de ello.- Asintió Rimus


-Entonces no tengo nada más que pedirte. Ahora, si me disculpas, tengo una flota que liderar.-


Ambos valdaris se levantaron de sus respectivos asientos y se acercaron el uno al otro, despidiéndose con una cordial reverencia.


-Buena suerte, Atrius. Recuerda que la Tecnocracia Valdari tiene todas sus esperanzas puestas en ti.-


-Vivo con ello desde que me convertí en cadete de la armada.-


Tras aquellas últimas palabras, Atrius dio media vuelta y se dirigió hacia la salida de la sala de reuniones. Su alma, a pesar de todo lo que la estaba atormentando, se mantenía tranquila. Su respiración era lenta y relajada, y su cuerpo permanecía sereno. No podía permitirse dejarse llevar por los nervios, y mucho menos ahora que miles de vidas dependían de él. Cuando llegó al centro de mando, caminó hasta su puesto y observó el gran cristal reforzado que los separaba del espacio exterior. Más allá de aquella sala volaban cientos de naves aliadas, tripuladas por miles de valdaris que esperaban sus órdenes.


-Comandante, nuestros radares detectan flotas enemigas acercándose a nosotros.- Escuchó decir a uno de sus compañeros


Atrius suspiró y encendió los dispositivos de comunicación que tenía delante de él. Activó el micrófono y se preparó para dirigirse hacia sus camaradas. Antes de comenzar a hablar, hurgó en uno de sus bolsillos y sacó una fotografía virtual. Una en la que aparecía toda su familia celebrando el cumpleaños de su primer hijo, ajenos al conflicto que estaba por llegar. Ver el rostro de sus seres queridos provocó que una lágrima se deslizase por su mejilla y cayese después sobre el frío suelo. Si fallecía aquel día, todo lo que él había construido con su trabajo caería poco después. La flota que él lideraba era la última esperanza de su gente, la única manera de terminar de una vez por todas con aquellos que los amenazaban. Con un último esfuerzo por mantener sus emociones a ralla, secó las lágrimas que se habían acumulado debajo de sus ojos y trató de parecer seguro de sí mismo para darle confianza a sus camaradas, quienes aún esperaban escuchar a su comandante.


-Nuestros radares detectan flotas enemigas. Sé que muchos estáis asustados, y es normal. Lo que hoy nos estamos jugando es la prosperidad de nuestros compañeros, la de nuestros amigos e incluso la de nuestras familias. Sobre nosotros recae la esperanza de nuestra civilización. Preparaos para luchar y, si es necesario, morir por ella. Pasad a formación de ataque y dejad que vuestros instintos hagan lo demás.-


 

¿CUÁNTO COSTARÍA ESTE ONE-SHOT?


Base: $4


Complementos: Personaje secundario (+$1.5)

Escena mediana (+$2)


Precio final: $7.5


 

Si quieres comentar o criticar este escrito, siéntete libre de hacerlo. Cualquier feedback será aceptado siempre y cuando sea respetuoso, sin importar que sea positivo o, por el contrario, negativo.


¡Gracias por leer!

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