¡Buenos días, aventurero, y bienvenido de nuevo a La Casa de Espelta!
Mi nombre es Nevado, y es un placer presentarte una nueva historia erótica de temática LGBT (gay). ¿Por qué no le das una oportunidad?
No te preocupes si lo único que quieres leer es la parte SFW (Safe For Work, sin contenido explícito), porque el comienzo de la parte "caliente" se te notificará previamente para que puedas dejar de leer si lo deseas.
La luna reposaba en lo más alto del cielo, iluminando el firmamento con la ayuda de las estrellas que la acompañaban. Era un sábado por la noche, y los restaurantes locales estaban por cerrar sus puertas. En uno de ellos se encontraba Noah, un joven gato que trabajaba a tiempo parcial para pagarse sus estudios universitarios. Su pelaje, marrón atigrado, se encontraba levemente sudado por la intensidad con la que había tenido que cocinar aquellas últimas horas.
-Menos mal que ya se está acabando nuestro turno.-
A su lado, quejándose como siempre, se encontraba Alex, un lobo fuerte y muy carismático. Al contrario que Noah, su rol en el restaurante era el de anotar y servir los pedidos. Ambos tenían una relación muy estrecha, ya que solían quedar todos los fines de semana para jugar a la videoconsola y ver películas en cualquiera de sus casas. La hora de dar por terminada su jornada de trabajo estaba cerca, por lo que los dos empleados comenzaron a recoger sus cosas al ver que no quedaba ningún cliente por servir.
-Hoy te toca a ti poner la casa eh.- Le recordó Noah a su amigo con una sonrisa
El canino asintió con la cabeza.
-No te preocupes, no me había olvidado.- Respondió mientras buscaba las llaves de su moto
-Menos mal, porque yo tengo mi piso hecho un desastre.- Bromeó el gato, guardando su delantal en la habitación privada del restaurante y colocándose su ropa casual
Cuando ambos compañeros estuvieron preparados, cerraron con llave el local, se montaron en la motocicleta del lobo y partieron hacia la casa de este. Noah se agarró con decisión al fuerte cuerpo de su amigo y se apoyó ligeramente sobre él, soltando un leve suspiro de tranquilidad. Alex lo tenía enamorado desde bastante tiempo atrás, pero no era capaz de reunir fuerzas para contarle sus sentimientos. Su timidez se lo impedía cada vez que lo intentaba, y el hecho de que su amigo fuera heterosexual no ayudaba demasiado. De todas formas, Noah quería hablar de aquel tema con el lobo, y decidió que no iba a esperar más.
-.-.-.-.-
-Nos vienen por detrás.-
-Tío, yo estoy sin munición.-
La velada transcurría con normalidad. Noah y Alex se encontraban sentados enfrente de la televisión, jugando al modo zombies del famoso videojuego Call of Duty. Habían cenado un par de pizzas, unas patatas fritas y ahora se estaban tomando un par de Coca-Colas mientras mataban infectados con sus mandos inalámbricos.
-Oye Alex.- Dijo Noah después de darle un rápido sorbo a su bebida
-Dime.- Respondió el canino, concentrado en la partida
-¿Tú no tienes novia ni nada? Se me hace raro verte sin una.- Le preguntó el felino con tono de broma para esconder sus verdaderas intenciones
Por suerte, Alex se lo tomó bien y negó sonriente.
-Qué va, nada de nada. Tampoco es que haya ninguna tía que me interese ahora. Mi ex ha tenido ya más de dos novios y yo sigo soltero.-
Noah se alegró ante aquella noticia y se acercó un poco más a su amigo, sintiendo cómo su corazón empezaba a latir cada vez más rápido.
-Problemas de ser hetero.- Bromeó el felino -Si fueras bisexual, tendrías el doble de candidatos.-
-A decir verdad, yo ya no sé ni lo que soy.- Admitió de repente su compañero -Últimamente he tenido mis dudas sobre hacia qué coño me siento atraído.- Añadió después con una risa
Aquella última frase pilló por sorpresa al gato, que no podía creerse lo que estaba escuchando.
-¿A qué te refieres?-
-Me refiero a que he estado variando un poco en las redes sociales, y he comenzado a seguir a otros machos… y bueno…-
-¿Has descubierto que te pueden llegar a gustar los hombres?- Interrumpió Noah al ver que Alex se estaba empezando a quedar sin palabras
-Eh… puede ser.- Confesó el canino llevándose una de sus patas al cuello, visiblemente nervioso
Noah, comprensivo, sonrió y acarició la pierna derecha de su amigo, tratando de apoyarle.
-Yo también tengo mis secretos, no te preocupes.-
-¿Y cuáles son si se puede saber?-
-Estoy enamorado de otro macho, y desde hace bastante tiempo.-
Alex alzó una de sus cejas, curioso.
-¿Y de quién se trata?-
De un momento a otro, el felino no supo qué decir a continuación. Nunca había podido declararse a nadie por culpa de su inseguridad.
-¿Noah?- Le llamó su amigo al ver que no contestaba
-Tú.- Se atrevió a decir de una vez por todas -Tú eres el que me gusta.-
Los ojos de Alex se abrieron a más no poder ante aquella respuesta, y su rostro se sonrojó ligeramente. Al no obtener respuesta alguna, Noah decidió seguir hablando.
-He estado enamorado de ti desde hace unos cuantos meses, pero era incapaz de decírtelo. Me sentía tan a gusto a tu lado que no quería estropear lo que ya tenía. Estaba asustado de hacerte sentir incómodo con todo esto…-
-Noah…-
El gato se mantuvo en silencio al escuchar el leve susurro de su amigo.
-Solo quiero decirte que… bueno… lo de los machos en la redes sociales es mentira.- Comenzó a explicar, tartamudeando por el nerviosismo
-¿Y eso?-
-Tú eres el que me ha hecho plantearme mi orientación sexual, Noah. Yo también he estado sintiendo cosas por ti, mucho más que amistad.-
Ambos machos se quedaron callados por unos segundos, mirándose fijamente el uno al otro. Fue el felino quien decidió dar el primer paso, tomando una de las mejillas del lobo, sentándose sobre sus piernas y comenzando a besarlo con pasión, dejando escapar todas las sensaciones y deseos que había estado guardándose todas aquellas semanas. Alex, en cambio, le tomó de las caderas y le correspondió sin pensárselo dos veces, metiendo sus patas por debajo de la ropa del gato y acariciando la espalda y cintura de este.
-Qué directo eres…- Susurró el lobo con picardía, agarrando las nalgas del felino y acariciándolas sensualmente
-Tú tampoco te quedas atrás.- Le respondió Noah con un suspiro de excitación mientras acariciaba su pecho y movía las caderas sobre su cuerpo, generando roce
El joven gato no tardó en sentir un bulto justo debajo de él, proveniente de la entrepierna de su amado.
-Oye, creo que hay demasiada ropa en nuestro camino…- Susurró
El canino asintió y comenzó a desvestirlo lentamente, quitándole la camiseta y dejándola caer a un lado del sofá. Noah lo imitó, descubriendo la verdadera fuerza de Alex. Sus músculos parecían tan grandes y robustos que le invitaban a tocarlos, excitándolo aún más.
-Supongo que aún queda ropa por quitar, ¿no?- Le dijo el lobo guiñándole un ojo
Sin desaprovechar un solo segundo, el gato empezó a bajar los pantalones y calzoncillos de Alex, dejándolo completamente desnudo debajo de él. Su pene ya se encontraba duro y listo para la acción, palpitando en busca de atención.
-Siempre quise descubrir cómo sabías…- Confesó Noah, llevando una de sus patas al miembro del canino y empezando a acariciarlo con delicadeza
El lobo le siguió el juego y comenzó a acariciarle el ano con uno de sus dedos, buscando relajarlo y prepararlo para lo que se venía.
-Ah…-
Noah no pudo evitar soltar un leve jadeo de placer al sentir cómo su amado se metía en su interior, abriéndolo con delicadeza y relativa facilidad gracias a la emoción del momento. Para compensar lo que él le estaba haciendo, bajó la cabeza y se colocó justo enfrente de su pene, lamiéndolo de arriba abajo antes de meterlo en su boca. Una extraña sensación recorrió su cuerpo, impulsándolo a llegar más lejos. Para dar más placer a su compañero, optó por bajar y subir su cabeza repetidamente, envolviendo el cuerpo de este con sus labios y dando algo de juego con su lengua. Los jadeos de placer de Alex no tardaron en llegar, por lo que el gato supo que estaba haciendo un buen trabajo. Poco a poco, iba aumentando la velocidad con la que lo lamía, sintiendo cómo las fuertes patas del canino sobre su cabeza lo empujaban y le marcaban el ritmo.
-Se siente increíble…- Susurraba su amado mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por la lujuria del momento
Tras unos cuantos segundos de sexo oral, el pene de Alex comenzó a palpitar de nuevo, lo que significaba que estaba a punto de correrse. En vez de apartarse, el felino siguió con su trabajo, ordeñando al lobo y tratando de sacar todo lo que tenía acumulado.
-Noah, estoy por venirme…- Escuchó decir al lobo
-No te preocupes, no me molestaría si lo hicieras dentro…- Respondió como pudo
Con unos últimos movimientos de cadera, Alex dejó salir todo su semen y llenó con él la boca de Noah, que trató de tragar todo lo posible. Por suerte para el gato, su sabor no era para nada desagradable y lo único que hacía era encenderlo aún más. Tras haber limpiado el desastre, el felino optó por tumbarse bocabajo en el sofá, tomando sus nalgas y abriéndolas con sus patas.
-No te creas que hemos terminado…- Le susurró al lobo, sugerente
Ante aquella invitación, Alex se colocó encima de Noah y se lamió los dedos de una de sus patas.
-Tranquilo, no pienso dejarte sin algo de diversión.-
Con los dedos ya lubricados, empezó a preparar el ano del gato delicadamente, abriéndolo poco a poco mientras besaba su cuello. Leves gemidos salían de la boca de Noah, que ya se sentía listo para recibir el pene de su amado.
-Creo… creo que ya puedes meterlo…-
-Un momentito…-
Estirando sus brazos, Alex abrió uno de los cajones cercanos al sofá, sacó un pequeño bote de lubricante y se lo aplicó a su entrepierna.
-Ya está.-
Ahora que todo estaba listo, el canino tomó las caderas de su compañero con fuerza y comenzó a penetrarle lentamente, internándose dentro de él.
-Uf…-
El interior de Noah se encontraba en llamas, ardiendo de satisfacción mientras el otro macho se abría paso por él. Al principio, el ritmo con el que Alex se movía era lento y cuidadoso, pero este fue aumentando a medida que el tiempo pasaba. El felino era capaz de sentir cómo el lobo tomaba su cuerpo sensual y dominantemente, agarrando sus caderas y pegándolo a él mientras le hacía el amor. Sus cinturas chocaban una y otra vez, provocando que las nalgas del gato rebotaran contra la entrepierna del lobo con fuerza.
-Dios, eres tan grande…- Jadeaba el gato clavando sus garras en el sofá
-Y tu interior se siente tan bien…-
El tiempo pasaba, y cada vez era mayor la velocidad con la que Alex le hacía el amor. El pene de este se deslizaba en su interior sin problema, acariciando las paredes del gato y dándole unas sensaciones que jamás había experimentado. Por desgracia, el canino no podía aguantar mucho más.
-Noah, voy a correrme.- Anunció con suspiros de cansancio
-Hazlo… hazlo dentro por favor…- Le pidió su compañero, disfrutando cada instante
Alex le hizo caso y lo tomó de la cintura con fuerza, manteniéndolo firme debajo de él. Noah gemía sin parar, sintiendo cómo el canino se hacía cada vez más grande en su interior, moviéndose y palpitando sin descanso. El verdadero clímax llegó cuando Alex, con unos últimos golpes de cadera, metió todo su pene en el interior de Noah, llenándolo de semen y haciéndolo sentir en el paraíso.
-Eso… eso estuvo increíble…- Logró susurrar el gato
Su cuerpo temblaba de excitación, y su respiración era agitada y pesada. En cambio, el lobo se incorporó a duras penas y se sentó en otro de los sillones que había en el salón de su casa.
-Y que lo digas…- Confirmó Alex con una leve risita
Ambos se miraron mutuamente y se sonrieron con cariño. Sin duda, aquella había sido una noche que los marcaría de por vida.
¿CUÁNTO COSTARÍA ESTA HISTORIA ERÓTICA?
Base: $6
Complementos: Escena corta (+$1)
Escena mediana x2 (+$4)
Precio final: $11
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