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Black Butterflies

¡Bienvenido de nuevo, viajero! Supongo que no hace falta que me presente, pero lo haré de todas formas por si acaso. Mi nombre es Nevado, y soy el escritor de La Casa de Espelta. En esta ocasión, te traigo un One-Shot basado en el universo literario de Los Gatos Guerreros. ¿Por qué no le echas un vistazo?


 

La luna, resplandeciente, permanecía callada en el oscuro manto plateado, iluminando levemente la hierba del bosque que yacía debajo de ella. El viento, a diferencia de en muchas otras noches, se había quedado tranquilo, ausente. La velada transcurría pacíficamente en el interior de las cuatro paredes de la maternidad, lugar en el que se encontraba Brote de Olivo, un cachorro de pelaje marrón, ojos verdes y orejas oscuras. Su madre, Garra Perdida, lo abrazaba con cariño, dormida. El pequeño tampoco había podido dormir aquella noche, ni siquiera con la ayuda de las canciones que las reinas le cantaban para que descansase bien. Había estado teniendo pesadillas, una detrás de otra. Pesadillas relacionadas con la reciente batalla que su tribu, la Tribu Lunar, había tenido contra sus enemigos naturales, la Tribu Solar. Batalla en la que incluso las reinas tuvieron que participar para defender a sus cachorros de los constantes ataques contrarios, dándolo todo en peleas tan crueles que se podían llevar consigo la vida de gatos que ni siquiera pasaban las cuatro lunas de edad. Por suerte o por desgracia para Brote de Olivo, ese no había sido su caso. Él había visto morir a muchos de sus amigos, asesinados fríamente por los guerreros invasores. Aquellas escenas irrumpían en su mente cada vez que cerraba los ojos, asaltándole a base de flashbacks. Le había contado aquel problema a los demás gatos de su tribu, pero siempre le contestaban lo mismo: -Ya pasará, no te preocupes.- Frases como esa no le servían al cachorro, quien, noche tras noche, permanecía en vela, mirando fijamente la entrada de la maternidad a la espera de… ni siquiera sabía lo que estaba esperando. Simplemente no podía dejar de observar el exterior, perdiéndose en aquella negra oscuridad que envolvía a los árboles del bosque. -Brote de Olivo…- Sacándole de sus pensamientos de manera repentina, una extraña voz sonó a sus espaldas. Asustado, el cachorro se giró hacia el origen de esta, tratando de identificar quién o qué lo había llamado. -¿Hola?- Maulló él, con la voz quebrada por culpa del miedo a lo desconocido -Brote de Olivo…- Se escuchó de nuevo El pequeño pensó en gritar por ayuda, pero descartó aquella idea de inmediato. No quería despertar a la maternidad entera por algo que posiblemente sería producto de su imaginación. Por lo tanto, tomó un poco de aire para armarse de valor y se escabulló del abrazo de su madre, caminando lenta y cautelosamente hacia el lugar del que provenía aquel misterioso murmullo. -Brote de Olivo, ven…- Con su corazón latiendo a mil, el gatito marrón avanzaba, atento ante cualquier movimiento brusco que notase delante de él. Para su sorpresa, no vio la figura de ningún gato. En cambio, se encontró con una hermosa mariposa negra que volaba por encima de la salida de emergencia de la maternidad. -Brote de Olivo, ven conmigo…- Tras aquella última frase, el insecto batió sus alas hacia el exterior de la guarida. Brote de Olivo, confundido por aquella situación tan bizarra, siguió a la mariposa, expectante. Una vez fuera de la maternidad, acostumbró los ojos a la oscuridad y buscó a la alevilla. -Hola, Brote de Olivo.- En frente suya, sonriente y amigable, apareció la figura de una gata negra como el cielo nocturno, con manchas blancas repartidas por todo su cuerpo y una presencia que inspiraba bienestar. -¿Quién eres? No pareces ser de ninguna tribu. ¿Qué quieres de mí?- Preguntó el cachorro, analizando a la hembra de arriba abajo -Acompáñame y te lo explicaré.- Le respondió ella -Tengo una cosa que enseñarte.- El tono con el que hablaba hipnotizaba a Brote de Olivo. -¿Puedo fiarme de ti?- -Absolutamente.- Aun no estando completamente seguro de lo que iba a hacer, el gatito marrón asintió y se colocó al lado de la desconocida, dejándose guiar por ella más allá de su campamento. -¿Qué quieres de mí?- Repitió, ansioso por saber a qué se debía aquel encuentro -De ti no quiero nada, Brote de Olivo. Es más, me atrevería a decir que tú sí quieres algo que yo te puedo dar.- A medida que caminaban, miles de mariposas negras se posaban en los árboles que rodeaban a ambos gatos, silenciosas. -No sé a qué te refieres.- -Sé que has perdido a muchos seres queridos por culpa de la guerra, pero yo puedo hacer que vuelvan.- La idea de poder volver a ver a sus amigos alegrada de una manera increíble al cachorro. ¡Podría hablar con Zarpa de Agua, la aprendiza con la que mejor se llevaba del campamento! Había estado tan solo aquellos últimos días… -¿En serio?- Preguntó, interesado en saber cómo podría ella conseguir eso -Claro que sí, Brote de Olivo.- Prometió la hembra -Solo tienes que confiar en mí.- -¿Confiar en ti?- -Sí.- -Pero… ¿para qué?- Sin que Brote de Olivo se diera cuenta, la gata lo estaba guiando hacia el Lago Estelar, centro de la isla en la que las tribus habitaban. La presencia ancestral en aquel lugar era bastante fuerte, por lo que los curanderos acudían allí para entrar en trance y ponerse en contacto con sus antepasados. -Solo hazlo, y te juro que todo irá bien.- Cegado por las promesas de la desconocida, el cachorro dejó de preguntar y asintió con la cabeza, esperando sus órdenes. -Tienes que cerrar los ojos, Brote de Olivo, y seguir a esta mariposa. No debes abrirlos bajo ninguna circunstancia, porque, si lo haces, nada de esto funcionará. ¿Entendido?- Cuando la gata vio que el pequeño estaba listo, abrió la boca y dejó que de su interior se escapara una bella alevilla, la cual se posó en la nariz del cachorro con las alas abiertas y le cubrió los ojos. En cuanto todo aquello sucedió, Brote de Olivo comenzó a andar, guiado por la mariposa. -Sigue caminando, mi cachorrito…- Escuchaba en su cabeza -Sigue caminando…- Todo parecía ir bien para aquel entonces. El cachorro se sentía libre, y era capaz de notar cómo su cuerpo volaba, en trance. No percibía el suelo bajo sus patas, y una extraña sensación recorría sus venas. ¿Estaría viajando por el más allá? Aquel momento era mágico, pero, de repente, todo cambió. Repentinamente, Brote de Olivo sintió cómo el aire dejó de llegar a sus pulmones. Preso del pánico, el gato abrió los ojos, descubriendo lo que de verdad había estado pasando todo ese tiempo. El cachorro se encontraba rodeado de toneladas de agua que presionaban su cuerpo y lo arrastraban hacia el fondo del Lago Estelar. Sin pensárselo dos veces, comenzó a mover sus patas con todas sus fuerzas, tratando de salir a la superficie. Inexplicablemente, algo se lo impedía. Había una fuerza invisible que lo retenía allí, haciendo que cada vez fuera menos el oxígeno que le quedaba en la sangre. El gato peleaba vigorosamente, impulsado por el instinto de supervivencia. -Has caído en mi trampa, pequeño.- Oyó a su alrededor -Ahora, tu vida me pertenece.- Brote de Olivo intentó gritar por ayuda, pero el agua se coló entre sus fauces nada más las abrió. Poco a poco, iba quedándose inconsciente, sintiendo cómo su cuerpo se quedaba sin energía. Sus pulmones no tardaron en llenarse de agua, y su visión iba nublándose poco a poco. El cuerpo del cachorro se fue perdiendo lentamente en las profundidades de la balsa, inerte. Por lo menos, una de las cosas estaba segura. Por fin iba a poder reunirse de nuevo con sus amigos. -Descansa en paz, y no te preocupes. Tu madre será la siguiente.-


 

¿CUÁNTO COSTARÍA ESTE ONE-SHOT?


Base: $4


Complementos: Personaje principal extra (+$3)

Personaje terciario (+$0.5)

Escena mediana (+$2)

Escena larga (+$3)


Precio final: $12.5


 

Si quieres comentar o criticar este escrito, siéntete libre de hacerlo. Cualquier feedback será aceptado siempre y cuando sea respetuoso, sin importar que sea positivo o, por el contrario, negativo.


¡Gracias por leer!

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