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Cacería

"La cazadora, ágil e incansable, estaba comenzando a ganarle terreno a su víctima, que corría desesperada para salvarse. Después de unos segundos, la distancia que los separaba no superaba el metro y medio, por lo que la cazadora empezó a preparar otra de sus lanzas."

 

¡Buenos días, querido lector, y bienvenido a un nuevo blog!


El One-Shot que hoy te traigo se trata de una pequeña práctica que hice para tratar de mejorar mi redacción en las escenas de pelea.


¡Espero que te guste!


 

Un par de huellas y un rastro oloroso relativamente reciente. Eso era lo único que Garra Perdida necesitaba para localizar su próxima presa. La cazadora había estado, desde que el sol anunció el comienzo de un nuevo día, patrullando atenta entre los árboles, buscando cualquier pista que le ayudara con su cacería. Aquella estaba siendo una temporada bastante difícil para las tribus, ya que la carne escaseaba y la comida que los guerreros conseguían en la Ciudad de Metal se agotaba cada vez más rápido. La felina tenía que encontrar algo para sus compañeros, y debía hacerlo lo antes posible.


-Concéntrate…- Se susurraba, tratando de agudizar sus sentidos


Una ramita se rompió no muy lejos de ella, señalando la presencia de un posible animal salvaje. Garra Perdida, agradecida por aquel golpe de suerte, comenzó a caminar sigilosamente hacia el origen de aquel ruido. Su pelaje se erizaba cada vez más a medida que avanzaba, y sus patas sostenían con decisión una de las lanzas que la hembra siempre llevaba consigo. Tras caminar durante unos segundos, la cazadora se encontró detrás de un ciervo de aspecto joven. Por fortuna para ella, el venado no parecía haber advertido su presencia, por lo que la gata pudo acecharlo durante unos cuantos segundos más antes de atacar.


<<Es mi oportunidad.>> Pensó Garra Perdida, preparando cautelosamente su arma


Dejando escapar un leve suspiro, apuntó su lanza hacia el cuerpo de su presa y la hizo volar. Su disparo, desgraciadamente, falló, provocando que el ciervo saliera huyendo casi al instante. La felina soltó un gruñido de rabia, se incorporó y comenzó a perseguir al animal, impulsada por el deseo de poder llevar algo de comida para sus seres queridos.


-¡No vas a escapar!- Gritó, sintiendo cómo su cuerpo prácticamente volaba gracias a la adrenalina


La cazadora, ágil e incansable, estaba comenzando a ganarle terreno a su víctima, que corría desesperada para salvarse. Después de unos segundos, la distancia que los separaba no superaba el metro y medio, por lo que la cazadora empezó a preparar otra de sus lanzas.


-Ya eres mío.- Jadeó, levantando el brazo con el que cargaba la pica


De repente, y antes de que Garra Perdida pudiese reaccionar, el ciervo se desplomó en el suelo, provocando que la gata tropezase con su cuerpo y cayera justo delante de él. La hembra soltó un quejido de dolor y se levantó delicadamente, aturdida. ¿Con qué había chocado su presa para despeñarse de manera tan repentina? Una vez recuperada, se acercó al animal y lo inspeccionó detenidamente, descubriendo casi al instante el motivo de su caída: un hacha de mano incrustada en su lomo.


-Menuda sorpresa, Garra Perdida. No esperaba verte tan lejos de tu territorio…-


Aquella voz que sonó justo a sus espaldas era la de Plumaje Estrellado, la cazadora de la Tribu Solar. Ante aquella aparición, la gata se giró rápidamente y empuñó su arma.


-Esta presa es mía.- Dijo decidida, amenazante


Plumaje Estrellado, como su mismo nombre indicaba, era una pájaro de plumaje blanco y negro, pico marrón y ojos amarillos. Su mirada permanecía fija en la intrusa, y entre sus garras sostenía un par de hachas tácticas.


-Eso no te lo crees ni tú.- Le respondió la otra hembra -El ciervo ha muerto dentro de las fronteras de la Tribu Solar, así que ya puedes volver a tu campamento si quieres. No pintas nada aquí.-


Garra Perdida, que no pensaba volver con las patas vacías, permaneció firme en su sitio.


-Mi tribu necesita esta presa, Plumaje Estrellado, y no me iré sin ella.- Bufó


Aquella última frase hizo que la ave adoptará una pose defensiva, expectante.


-Estás en mi territorio, Garra Perdida, deberías plantearte seriamente lo que estás a punto de hacer.-


-Te lo repito por última vez, Plumaje Estrellado. Mi tribu necesita comer, y créeme si te digo que pienso llevarme este ciervo conmigo.-


-Por la vía dura entonces.-


En cuanto vio que la otra cazadora no pensaba dejarla marchar con el venado, Garra Perdida se abalanzó sobre ella repentinamente, aplacándola contra un árbol para tratar de aturdirla momentáneamente. Plumaje Estrellado intentó escapar del agarre de su atacante, pero las uñas de la felina habían logrado clavarse firmemente en su armadura.


-¡Suéltame!- Gritó la pájaro


La cazadora de la Tribu Lunar levantó su puño y arremetió contra su rival, quien logró esquivar el golpe en el último segundo.


-¡He dicho que me sueltes!- Repitió Plumaje Estrellado, clavando una de sus hachas en el costado de Garra Perdida


La gata soltó un grito de dolor y se echó para atrás, agarrando su lanza y preparándose para pelear. Aunque su armadura había logrado recibir gran parte del daño, el suelo no tardó en mancharse de sangre.


-¡Te arrepentirás de esto!- Espetó


Tras recuperarse de aquel derribo, la pájaro se incorporó e imitó a Garra Perdida, empuñando sus hachas con furia.


-¡Tú sí que te vas a arrepentir!- Respondió antes de pasar a la ofensiva


Como contraataque, y gracias a los propulsores que tenía en la espalda, la cazadora de la Tribu Solar alzó el vuelo, aprovechando la altura para comenzar a lanzar hachas hacia la otra hembra. Garra Perdida no tuvo más remedio que tratar de esquivar los proyectiles, los cuales impactaban contra el suelo con una fuerza considerable. La gata se encontraba en clara desventaja, pero sabía cómo darle la vuelta a la situación. Dando uso a su velocidad, la felina esprintó hacia el árbol más cercano y lo usó para alcanzar a su enemiga, saltando desde una de las ramas más altas de este. Plumaje Estrellado no pudo soportar el peso de la cazadora y cayó, quedando expuesta durante unos pocos segundos.


-¡Te tengo!-


Aprovechando la situación, la gata volvió a colocarse encima de la ave y la inmovilizó en el suelo. Para acabar con aquel enfrentamiento de una vez por todas, Garra Perdida agarró a Plumaje Estrellado del cuello y le dio un puñetazo con todas sus fuerzas, dejándola inconsciente.


-Y no te levantes.-


Ahora que había conseguido derrotar a la otra cazadora, la gata pudo, de una vez por todas, emprender su camino de vuelta al campamento, cargando a duras penas con el venado que había logrado cazar aquella mañana.


 

Si quieres comentar o criticar este escrito, siéntete libre de hacerlo. Cualquier feedback será aceptado siempre y cuando sea respetuoso, sin importar que sea positivo o, por el contrario, negativo.


¡Gracias por leer!

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